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MUJERES ¡CORAJE!

Reinas, brujas o santas

MUJERES  ¡CORAJE!

Maruja Muñoz Ochoa

“Se ha escrito poco sobre los intentos de las feministas blancas de silenciar a las mujeres negras. Desde los inicios del movimiento de liberación de las mujeres, ha habido mujeres negras que se unían a los grupos. Muchas de ellas nunca regresaron después de la primera reunión”, sostiene la escritora y activista afro americana Gloria Jean Watkins, en su libro  "Mujeres Negras: Dar forma a la teoría feminista".

En las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer, debiera recordarse también a las mujeres que protagonizaron gestas heroicas por los derechos civiles y sociales de sus pueblos como Harriet Tubman, afro americana que luchó por la abolición de la esclavitud y al término de la Guerra Civil de Estados Unidos,  se entregó a la causa sufragista, trabajando codo a codo con Susan Brownell y Emily Howland. Recorrió los estados de la Unión, promoviendo el derecho al voto de las mujeres y cuando, en 1886, se fundó la Federación Nacional de Mujeres Afro americanas, fue quien pronunció el discurso de orden. La prensa norteamericana elogió su prédica con admiración y la revista “The Woman’s Era”,  destacó su accionar calificándola de mujer eminente y extraordinaria.

Mi reino por la libertad

Los portugueses invadieron el reino de Ndongo en 1575 y establecieron su centro de operaciones para el tráfico de esclavos en Luanda, desde donde se estima que salía, anualmente, un promedio de diez mil esclavos con destino a Brasil, hasta que una mujer puso en jaque al reino de Portugal en 1643.

Su nombre es símbolo de  libertad: Nzinga Mbandi. A la muerte de su hermano, el rey de Ndongo (hoy Angola), Nzinga creó su reino en Matamba e ideó una estrategia para liberar a su pueblo del dominio de los lusos.  La táctica consistió en formalizar alianzas con todos los enemigos de Portugal, incluyendo a los holandeses. Tras años de esfuerzo, organizó un gran ejército integrado por soldados de cuatro reinos, además del suyo, con el que logró derrotar a los portugueses, por primera vez en 68 años.

Tras la primera derrota, Portugal intensificó su accionar bélico. Las batallas entre independentistas y colonizadores portugueses continuaron hasta 1648, con victorias importantes por parte del ejército de la reina Nzinga. Pero, meses después, el ejército lusitano recupera el control de Luanda. Nzinga vuelve a replegarse en Matamba (provincia de Angola). En 1656, haciendo uso de la diplomacia, negocia con el reino de Portugal, el intercambio de presos y esclavos  a cambio de ayuda militar.

Es famosa la historia que narra la descortesía del gobernador Correia de Sousa cuando, en una de las negociaciones, en  lugar de ofrecer una silla a la reina angoleña, colocó una estera en el piso, como se estilaba en Luanda con los subordinados. Nzinga ordenó a un criado buscar una silla para sentarse a negociar en igualdad de condiciones con el portugués.

Nzinga murió en 1663, manteniendo la independencia de su reino y el respeto de Portugal. Años después, los lusitanos volvieron a invadir Luanda, iniciándose el conflicto bélico más largo de África. Los combates entre independentistas angoleños y el imperio portugués, duró hasta 1975, cuando se sella definitivamente  la independencia de Angola, gesta iniciada por una reina valiente. Desde entonces la avenida principal de Luanda, lleva el nombre de Nzinga Mbandi.

Santa guerrera

Cuando en 1491, los portugueses llegan al reino de  Mbanza Kongo, indujeron al rey  Mwenw, a convertirse al cristianismo. Mwenw tuvo que aceptar y tomar el nombre de Alfonso I del Congo, pero con el bautizo comenzó la decadencia: Alfonso I del Congo fue forzado a aceptar la posición de vasallo de la corona portuguesa y obligado a pagar impuestos consistentes en esclavos y parte de las riquezas de su reino, con lo cual empieza la descomposición administrativa del gobierno. Los congoleños al darse cuenta que quien mandaba no era su rey sino el de Portugal, adoptan medidas separatistas. El Congo fue partiéndose en pequeños reinos, quedando aún más expuestos  a las embestidas de portugueses, españoles y franceses quienes se beneficiaron de la situación.

En medio del caos  político, Kimpa Vita, joven mujer cuyo nombre cristiano era Beatriz, se convierte en símbolo de la independencia del país africano al erigirse como portavoz del espíritu de San Antonio de Padua y recorrer todos los reinos exhortando a la unidad del pueblo. En sus prédicas decía que era voluntad de Dios que Mbanza Kongo fuera restaurada como la capital del reino. Su llamado a la unidad encontró apoyo entre el campesinado que asumía que Jesús, María y sus discípulos eran congoleños, como lo predicaba Kimpa.

El siguiente paso de Kimpa fue iniciar una cruzada para extirpar toda influencia extranjera, consiguiendo el apoyo de importantes sectores de la población. Obtiene, además,  el respaldo de un general de Pedro IV, quien por entonces aspiraba al trono de Portugal. Al ver peligrar su posición comercial, la corona portuguesa utiliza los servicios de un fraile capuchino para convencer a las autoridades de que Doña Beatriz (Kimpa), era bruja. Acusada de brujería, es sentenciada a la hoguera. A los 24 años de edad y con su pequeño hijo en brazos, fue  quemada viva. Pero la semilla de libertad había sido regada en todo el territorio del Congo. Convertida en mártir, su memoria perdura, como símbolo de independencia y en el siglo XX, Simon Kimbangu, creador de la principal Iglesia Cristiana Independiente del Congo, la incluyó entre  sus santas y mártires.

Jaque al rey

Otra precursora de la independencia africana fue Yaa Asantewaa, la reina madre de la tribu Edweso del Ashanti (actual Ghana), en tiempos en que la Costa de Oro (centro oeste de África) se encontraba bajo protectorado británico.

El imperio británico financió sus campañas contra los ashantis, con los impuestos recaudados de la población local. Además, se apropiaron de las minas de oro, que eran propiedad del Estado Ashanti, dejando casi sin ingresos al gobierno y comenzaron a interferir en los asuntos locales.

Cuando los ashantis empiezan a rebelarse, los británicos trataron de sofocar los disturbios atacando con brutalidad incluso a los niños.
Esta violencia incitó la Guerra de Independencia liderada por Yaa Asantewaa,  que se inició  el 28 de marzo de 1900.
Yaa movilizó las tropas y durante tres meses bloqueó a la misión británica en el fuerte de Kumasi. Los británicos tuvieron que proveerse de varios miles de soldados y artillería para romper el cerco. Las tropas británicas saquearon aldeas, mataron a gran parte de la población, confiscaron sus tierras y capturaron a la reina Yaa Asantewaa, quien junto a sus seguidores fue desterrada a las Islas Seychelles (Costa este de África), mientras que la mayoría de los jefes capturados se convirtieron en prisioneros de guerra. Yaa Asantewaa murió en el exilio, veinte años después.

Mama África

La cantante sudafricana Miriam Makeba fue un símbolo de la lucha contra el apartheid, por lo que se hizo conocida como “Mamá África”. Fue la primera mujer africana en ganar el premio Grammy en 1965.
Comprometida con la lucha por los derechos civiles y contra el racismo, activismo que desarrolló hasta el último momento de su vida, Makeba fue forzada al exilio por el régimen segregacionista de Sudáfrica, poco después de que le retiraran el pasaporte por actuar en un documental de condena al apartheid. Residió en Guinea hasta que  Nelson Mandela salió de prisión y la invitó a participar en su gobierno, lo cual no aceptó debido a sus compromisos artísticos. En 1999 la Organización de las Naciones Unidas la nombró Embajadora de Buena Voluntad para la FAO y en el 2001 le fue otorgado el premio de la paz Otto Hahn, de la Asociación Alemana de la ONU.

Un año después recibió el Polar Music Prize, premio de la Real Academia Sueca de Música.

En noviembre del 2008, ofreció un concierto contra el racismo y la mafia, en Castel Volturno (Sur de Italia), terminado el cual le sobrevino un paro cardiaco que acabó con su vida, pero el mundo la seguirá recordando con esa gran presencia con que lucía los trajes típicos de su tierra y su voz cálida con la que interpretaba “Pata Pata”,  “Malaisha” y “Sing me  song”, entre otras canciones.


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