El tambor de tronco largo, antiguo instrumento de percusión que se había extinguido, fue rescatado por el Museo Afroperuano de Zaña y ahora se puede volver a escuchar sus impactantes sonidos, venciendo así al silencio. La obra fue culminada en Fiestas Patrias del 2010. De esta forma el Museo desde las campiñas del norte peruano continúa con el trabajo de revaloración de instrumentos musicales antiguos que estaban olvidados.
El tambor de tronco se utilizaba desde la época colonial en la mayoría de asentamientos de afrodescendientes peruanos. Gradualmente fue desapareciendo. El Perú fue perdiendo sus tambores de raíces africanas como una larga agonía. Entre otros factores, la modernidad arrasó con una parte significativa de nuestras tradiciones. La gran mayoría de pueblos afrodescendientes de las Américas conservaron sus tambores antiguos. El Perú ya los había olvidado.
Desde noviembre del 2009 a la fecha el equipo de investigaciones del Museo Afroperuano ha realizado una intensa labor de revaloración y difusión de instrumentos de percusión como el “checo”, la “angara”, el “tambor de botija” y la “rasca rasca” o “carrasca” de caña de guayaquil.
El tambor de tronco largo, de un solo parche, reconstruido por el Museo Afroperuano de Zaña mide un metro de largo con un diámetro de 38 centímetros. Está hecho con un árbol de eucalipto, que tiene una madera dura. El tambor se hizo de manera rústica en una campiña del Valle de Zaña. El trabajo principal de hacer la abertura o “ahuecado” y darle forma al tambor fue obra de Rodolfo Zevallos Oliva de 72 años de edad, afrodescendiente que consideramos un experimentado artesano rural del Valle de Zaña. La faena fue ardua. Empezó el 15 de junio y terminó esta primera fase el 25 de julio del 2010. Por el tamaño tan grande del tronco y su dureza, el señor Zevallos hizo herramientas largas de fierro (nuevo tipo de formones) para ahuecar la madera y usó un mazo de madera de zapote como martillo. Utilizó cinco herramientas rústicas antiguas. Dejó todo el tronco ahuecado y listo para la fase final.
El acabado del tambor de tronco largo incluía tensar el cuero. Esta labor fue realizada por los jóvenes zañeros Carlos Urbina y Enmanuel Briones que tienen experiencia de trabajo rural y también practican la música tradicional afrocosteña. Ellos se encargaron de colocarle el cuero de chivo, los aros, las soguillas y las cuñas para templarlo. Se unieron así dos generaciones para revivir su arte ancestral. La obra fue culminada justamente el 28 de julio del 2010.
Los dos jóvenes mencionados participaron en el mes de mayo del presente año en una anterior experiencia muy valiosa de reconstruir el tambor de botija de barro.
Diversos especialistas como Caitro Soto, “Pititi”, Nicomedes Santa Cruz, Rafael Santa Cruz Fernando Romero, Tompkins, y “Chalena” Vásquez han confirmado el antiguo uso musical del tambor de tronco afroperuano. Su extinción fue en la primera mitad del siglo XX. William Tompkins recogió en Chincha el testimonio de personas que recordaban haber visto el último tambor de tronco aproximadamente en el año 1950 precisando que en ese lugar se colocaba verticalmente para ser percutido.
Los tambores tradicionales de los africanos que llegaron al Perú desde la época de la conquista española tuvieron una diversidad de formas, tamaños y fueron confeccionados con una variedad de troncos. En las cofradías antiguas, en los galpones de haciendas, en los palenques y en las comparsas festivas, sonaron los antiguos tambores con arte y fuerza.
Para recrear los antiguos instrumentos musicales, el Museo Afroperuano de Zaña ha utilizado fuentes escritas, orales e iconografía (pinturas y dibujos antiguos). Una de las imágenes de mayor valor simbólico ha sido la acuarela de Francisco “Pancho” Fierro, titulada “Sigue la procesión cívica de 1821”, en conmemoración del día de la Independencia Nacional. En dicha fecha los afroperuanos salieron a las calles con sus instrumentos musicales pugnando también por su propia libertad. Precisamente en esa pintura se puede apreciar el tambor de tronco largo, que es cargado en hombros de dos afrodescendientes. Con aquella imagen y otras referencias de especialistas en la materia hemos logrado ya concluir esta nueva tarea.
Tres son los objetivos principales de reconstruir estos valiosos instrumentos musicales antiguos. En primer lugar mostrar y exhibir en el Museo Afroperuano de Zaña la riqueza cultural de los afrodescendientes con piezas de alto valor histórico; en segundo lugar re-introducir estos instrumentos musicales en el mundo artístico contemporáneo y en tercer lugar integrarnos con nuestros tambores afroperuanos al latido de sentimientos y sonidos de la diáspora africana en las Américas. Los tambores unen a los pueblos procedentes del continente de ébano.
En el África es tradicional el uso de los tambores con mensajes religiosos y artísticos. La espiritualidad y los sentimientos se transmiten a través de los instrumentos de percusión, cantos y danzas. En el Perú en el siglo XIX gradualmente se fueron extinguiendo y diseminando los rituales religiosos de origen africano. Por diversas razones fueron desapareciendo los tambores rústicos de origen africano en el Perú. Supuestamente todo había llegado a su fin en la primera mitad del siglo XX. El antiguo tambor de tronco afroperuano rústico, ya había pasado al olvido.
Danny Rivas y Darwin Callirgos tocando el tambor de tronco largo recientemente reconstruido
Recién reaparece el tambor de tronco y renace en la campiña de Zaña donde antes vivieron y trabajaron hombres y mujeres esclavizados. Las nuevas generaciones hacen grandes esfuerzos por recuperar sus antiguas tradiciones musicales, los sonidos y la fuerza musical de sus antepasados. Y así retornan poco a poco los antiguos tambores, que nos unen con el África antigua y con los descendientes de 30 millones de africanos esclavizados que fueron trasladados a la fuerza a las Américas durante cuatro siglos. Así recuperamos ahora la alegría. Rescatar los instrumentos musicales antiguos de nuestros antepasados podría significar una revolución musical en nuestro país, porque retornan los espíritus de la diáspora africana con sus tambores y ancestrales sonidos. Ahora con nuestro tambor de botija de barro y el tambor de tronco largo nos reencontramos con nuestros bisabuelos que llegaron del África. Dichas piezas musicales están a disposición de todas y todos los que quieran revivir nuestras antiguas artes.
Zaña, Perú, 28 de Julio 2010
Dirección del Museo Afroperuano, Zaña