La encuesta muestra un rápido cambio en Etiopía en lo que respecta a las prácticas perjudiciales, y una contundente victoria de las organizaciones feministas que se oponen a la circuncisión femenina.
Las entrevistas se llevaron a cabo entre 14.000 mujeres y más de 6.000 hombres y muestran que tanto la prevalencia como la aceptación de la MGF están disminuyendo rápidamente. Mientras en el año 2000, cerca del 80% de todas las mujeres etíopes de más de 15 años estaban circuncidadas, esta cifra bajó al 74% en 2005. Esta aparentemente minúscula reducción revela no obstante la forma en la que la práctica de la MGF empezó decaer hace una década, dado que a la mayoría de las chicas se las circuncida a una edad muy joven.
Mientras que sus madres estaban casi convencidas de que serían víctimas del cuchillo, las jóvenes etíopes de hoy tienen más posibilidades de eludir la mutilación. De hecho, sólo el 37,7% de las mujeres que fueron circuncidadas admiten haber continuado la dañina tradición con sus hijas - lo que representa un marcado descenso respecto al 52% del año 2000. Durante los últimos años, por lo tanto, más del 60% de las chicas etíopes han escapado de la MGF.
Esto se refleja también en la pregunta realizada a las mujeres sobre si la práctica "debería continuar". Sólo el 31,4% eran favorables a su continuación - comparado con el 60% del año 2000 - mientras que una abrumadora mayoría cercana al 70% está ahora en contra. Entre el grupo de edad más joven (de los 15 a los 19 años), sólo el 22,9% se muestra partidario de mantener la práctica de la MGF y entre las mujeres de Addis Abeba, sólo el 5,6% estaba a favor.
Salvo en una región, las tendencias de rechazo a la MGF son muy claras, aunque la parte urbana y educada de la población ha ido más allá en lo que respecta al cambio de sus actitudes. Así, cerca del 65% de los habitantes de la capital o que al menos han superado la enseñanza secundaria están circuncidadas, en comparación con el 76% de las mujeres del mundo rural, el 77% de las mujeres no educadas o más del 90% de las mujeres en las regiones somalíes y de Afar.
Sin embargo, la repercusión rural de las campañas antiMGF está extensamente documentada en la encuesta. En la región somalí, donde el 97,3% de todas las mujeres de más de quince años son víctimas de MGF, sólo el 28,1% de las madres confiesan que han continuado la práctica con sus hijas. La región somalí es culturalmente muy cercana a Somalia, donde la MGF está generalizada. En otra región cercana culturalmente a Somalia, Afar, el 85,1% de las madres confiesa haber circuncidado a sus hijas.
Según el doctor Stanley Yoder, un antropólogo que trabaja para ORC Macro y que es autor de un capítulo sobre la MGF en la Encuesta sobre Sanidad y Demografía, las prácticas de circuncisión femenina en Etiopía "van de un pequeño corte simbólico en el clítoris a la extirpación parcial o total de los genitales femeninos y el cierre parcial de la vagina (infibulación)". Esta forma más perjudicial de MGF ha sido practicada a escala nacional en el 6,1% de las mujeres, y sigue siendo la forma usual de las regiones somalíes y de Afar.
En algunos países, como Egipto y Etiopía, la MGF es una antigua práctica, anterior al Islam. En algunas partes de África Occidental, sin embargo, la práctica de circuncisión femenina comenzó sólo a partir de los siglos XIX y XX, y se malinterpreta como una práctica islámica. Actualmente, es una tradición en 28 países africanos.