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La Señorita Carnaval 2006, María del Carmen Villamarín, y su corte demuestran que llevan el ritmo en la sangre.
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La alegría y amabilidad de la gente de El Carmen, junto a sus antiguas tradiciones, sirvieron de escenario a la cuarta yunsa realizada en esta cálida localidad chinchana
Cuna de hermosas y cimbreantes mujeres, de hombres traviesos y salerosos, el afamado distrito de El Carmen mostró, por cuarta vez, todo el arte, canto y encanto de su linda gente negra que, al ritmo de violín y cajón, contagió de alegría a los numerosos visitantes que llegaron a este paraíso negro el último fin de semana, para participar de su tradicional yunsa y festivo carnaval.
La cadencia y melodía de sus sones y ritmos ancestrales, sus jocosas y sentidas décimas, junto al alegre zapateo, dieron forma y color a esta festividad presidida por una verdadera diosa de ébano.
Su majestad María del Carmen Villamarín Illescas y su corte de honor, integrada por dos vigorosas señoras del festejo y del ritmo, hicieron derroche de gracia y simpatía alrededor de un antiguo sauce que esta vez no murió de amor, sino de los certeros hachazos que le aplicaron conforme avanzaba la noche.
La temperatura alcanzó su máxima expresión en El Carmen cuando al son de conocidos pregones y cantos que se escapaban por la fértil campiña, hizo su aparición un negro 'panudo', que de un solo hachazo terminó por derribar el multicolor árbol.
"¡Huanchihualito, huanchihualón, corta la caña, lleva el carbón!", era el canto de alegría alrededor del árbol derribado, pero también de nostalgia para recordar a los negros mandingas, terranovas, congos, angolas, sucumas, cambundas, mozambiques que arribaron a estas costas desde 1533 para trabajar como esclavos en el campo.
Era medianoche. En medio de la expectativa general, Guillermo Coronado Mendoza fue elegido como el negro más negro, título honroso que llevará hasta el próximo año, en el carnaval.
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