El Comercio 16/07/2007
Busquemos nuestra identidad más allá de las falsas creencias
Racismo, un prejuicio latente
Enviado por Steven Arrieta
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¿Pero en el Perú por qué hay racismo si en esencia somos étnica y culturalmente una sociedad mestiza, con una gran sociodiversidad, pluricultural y plurilingüística?
Por Francisco Miró Quesada Rada, politólogo
El caso de racismo en la discoteca Café del Mar, clausurada por la Municipalidad de Miraflores, pone una vez más sobre el tapete este tema en nuestro país, problema que también existe en otras sociedades.
El racismo es un prejuicio, una falsa creencia carente de fundamento científico, que descansa sobre actitudes de personas respecto de objetos psicológicos, otras personas o grupos de personas.
A lo largo de la historia los grupos dominantes, que controlan el poder político y los recursos económicos, han sostenido la tesis de que su raza es superior con la finalidad de justificar su dominación y poder. En consecuencia, todo racista es excluyente y marginador, no se mezcla con "los otros" considerados pertenecientes a la raza inferior.
Aunque el racismo ha existido entre los diversos pueblos, las teorías que pretenden justificarlo se elaboraron a partir del siglo XVI y el primer racista que expuso lo que él denominó la teoría de las "dos razas" fue Henry de Boulainvilliers. Él decía que la raza superior eran los francos vencedores, de los que surgirá la élite en el poder; y la raza inferior, a la que denominó plebe, era la de los galorromanos vencidos.
Voltaire tuvo su desliz racista cuando escribe en su obra "Ensayo sobre las costumbres" que la piel negra de los africanos constituye una prueba de la existencia de un principio que hace diferente a las diversas razas, en consecuencia, dice Voltaire, la naturaleza ha subordinado a este principio los diversos grados de inteligencia de los pueblos, por lo que resulta natural que los negros sean esclavos de los blancos. Estas palabras de Voltaire demuestran que hasta los más grandes sabios pueden ser víctimas de los prejuicios existentes en su época.
Chamberlaine, un inglés naturalizado alemán que fue yerno del músico Wagner, sostuvo que los arios son la raza superior, considerando a los alemanes como los arios más puros. Uno de los pasajes asombrosos de su obra es cuando arianizó a Jesús, diciendo que fue el típico dolicocéfalo rubio. Antes de que surgiera el racismo antisemita de los nazis, el alemán Rainer auspició el imperio germánico sobre bases racistas.
¿Pero en el Perú por qué hay racismo si en esencia somos étnica y culturalmente una sociedad mestiza, con una gran sociodiversidad, pluricultural y plurilingüística? Dada esta situación, por lógica, deberíamos ser una sociedad integrada y no racista. Pero en este caso no funciona la lógica, porque predomina el prejuicio de la raza superior que, como sucede en todo Occidente, algunos todavía creen que es la raza blanca. Prejuicio impuesto en la Colonia. Los blancos españoles y sus descendientes argumentaron que eran superiores a las demás razas. Una tontería, por cierto, una desgraciada y desafortunada creencia que en el fondo era una de las tantas estupideces que todavía flotan en la humanidad.
Sabemos ahora que ninguna raza es superior a otra y que el color de la piel se produce por una sustancia llamada melanina, que define la pigmentación. Pero el prejuicio continúa latente en nuestra sociedad y habrá que seguir combatiéndolo porque está oculto en la estructura psicológica de las personas. Por eso, con razón decía Einstein: "Más fácil es separar un átomo que sacar de la cabeza un prejuicio".
Nota del editor: Si bien esta nota de Francisco Miró Quesada Rada es interesante, no deja de llamarnos la atención que él, como muchos, siga manejando aún conceptos anticuados cuando trata sobre estos temas tan importantes, pues es sabido que no se debe hablar de razas sino de etnias, o si se quiere, grupos culturales; mientras sigamos manteniendo en el subconsciente colectivo el término "razas" al referirnos a los seres humanos, será poco lo que podamos avanzar al respecto.
Carlos O. López Schmidt
CIMARRONES |